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“Todas las Familias, Todos los Derechos”

22 de agosto, 2015

Por Hugo Ismael Rodríguez *

El pasado 13 de Junio la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) emitió una tesis jurisprudencial que declara inconstitucionales los códigos civiles de aquellos estados donde el matrimonio es entendido como la unión entre hombre y mujer, pues tiene como finalidad la procreación.

“Considerar que la finalidad del matrimonio es la procreación constituye una medida no idónea para cumplir con la única finalidad constitucional a la que puede obedecer la medida: la protección de la familia como realidad social”, se lee en la jurisprudencia 43/2015 de la Primera Sala.

La jurisprudencia precisa que vincular los requisitos del matrimonio con las preferencias sexuales y la procreación es discriminatorio, porque excluye a las parejas homosexuales.

Esta jurisprudencia es importante porque “ya es un criterio claro de lo que la Corte considera inconstitucional, ya no amparo por amparo”, sino un criterio que ya se reiteró, lo dijo en su momento Leticia Bonifaz, directora general de estudios, promoción y desarrollo de los derechos humanos de la SCJN.

Esta jurisprudencia es un “avance histórico” para proteger los derechos humanos de los miembros de la comunidad de la diversidad sexual.

Esta histórica determinación del máximo tribunal del país abre la puerta para que en todas las entidades se reconozca el matrimonio igualitario entre personas del mismo sexo, dando un decisivo avance en la lucha por proteger y visibilizar los derechos fundamentales de todas las personas con la cual se construye una sociedad de derechos y libertades.

A partir de lo anterior, la sociedad ha mantenido abierta una amplia polémica y al mismo tiempo que grupos conservadores se han levantado en respuesta organizándose y respaldados principalmente por la Iglesia Católica, con la finalidad de emprender una serie de acciones en pro “de las familias” y los “los niños” y el “matrimonio natural entre hombre y mujer”, y echar abajo esta resolución, tergiversación la realidad al mismo tiempo que fomentan la desinformación, el odio y la violencia al resto de la sociedad que desconoce de este transcendente paso en materia de reconocimientos de los derechos humanos en el país.

El reconocimiento de lo que es un derecho civil, se ve ahora refrendado por una parte de la sociedad, prueba de ello lo vivimos el pasado sábado 22 Agosto en las calles principales de la ciudad de Guadalajara, donde más de dos mil personas entre colectivos en la diversidad sexual, familias que llevaron a sus niños, madres/padres solter@s, parejas heterosexuales, amigos y todos aquellos que apuestan por una sociedad más humana, plural y diversa.

El punto de reunión fueron los cruces de la Avenida Hidalgo y Chapultepec en punto de las 16:00 horas. Ni la fuerte lluvia que areció previo al encuentro, aminoro los ánimos de las personas que iban llegando para marchar en demanda del matrimonio igualitario y el respeto a las familias diversas.

Los policías viales que se dieron cita para salvaguardar a los manifestantes, emprendieron un acto persuasión argumentando que la marcha “se tenía que cambiar la ruta, en vez de caminar por Av. Vallarta, se tendría que ir por la Av. Hidalgo”, por cuestiones de seguridad.
Más no contaban que las reglas del juego las ponen los ciudadanos, de forma que los contingentes formados principalmente por organizaciones civiles en pro de la diversidad sexual, decidió no acatar este disposición y respetar la ruta original, siendo las 16:30 horas y al grito de “Tomemos la calle” el contingente avanzo por donde estaba previamente planeado para arribar a la Plaza Guadalajara, paradójicamente enfrente de la Catedral Metropolitana de la Ciudad, suscitando así la molestia y el enojo de estos elementos de seguridad vial, que no tuvieron de otra que realizar su trabajo.

El contingente comenzó a avanzar de forma pacífica tomando los cuatro carriles, desplegando mantas alusivas a las demandas así como una gran bandera de colores símbolo de identidad de la comunidad LGBT en el mundo.

Al grito de “No, no que no, sí que sí, ya volvimos a salir” “Las calles son nuestras, y esta es una muestra” los manifestantes avanzaban a contraflujo. Orgullosos, consientes y responsables de lo que se estaba viviendo en ese momento, comenzaron a avanzar y a proferir sus peticiones entre reclamos y consignas: “Todos los derechos, Todas las Familias”; “¡Nos vamos a casar y vamos a adoptar!”; ¡Matrimonio y adopción para toda la nación!”; “Está marcha no es de fiesta, es de lucha y de protesta”; “Mismos impuestos, mismos derechos”; no hay libertad política, si no hay libertad sexual”; “pro vida, pro vida, mi vida no es tu vida”; “ni enfermos, ni depravados, simplemente homosexuales”; “Si Juárez viviera, con nosotros estuviera”; “Jalisco Laico, México Diverso”; “Gobierno priista, homofóbico y machista”; “Odio, Violencia y Discriminación no son valores para la Nación”; y sin faltar una de las consignas más lúdicas, “joteamos, joteamos, pero también luchamos”.

La marcha se detuvo en los cruces de la Avenida Vallarta y la Av. Federalistas debido a que en ese punto la circulación vial se volvió un caos, dejando varados a los automovilistas que sostenían la mirada atónita y de molestia por la marcha que los había alcanzado. El contingente que inició con más de 300 personas, poco a poco se fue nutriendo hasta consolidar un gran número de participantes, haciendo así una marcha socialmente – política y reivindicativa de lo que en años se ha venido realizando.

Algunos medios hablan de la asistencia de 500 personas, otros más de más de 2,000, lo cierto es que no importa cuántos fueron, sino la respuesta de TODAS y TODOS a esta invitación en pro de un mismo fin. Por vez primera, la mayor parte de los colectivos respondieron de forma asertiva a la invitación que semanas previas se les hiciera y ahí estuvieron, participando de manera activa, congruente dejando de lado las diferencias, y anteponiendo lo que realmente nos tenía congregados y unidos, exigiendo a las autoridades la inmediata resolución al “Matrimonio Igualitario YA para el Estado de Jalisco”.

Al final de la marcha, no hubo un pronunciamiento oficial por parte de una organización en especial, sino que se invitó a los mismos participantes a que tomaran la palabra, que fueran ellos los protagonistas de ese momento, y fue así que de forma espontánea fueron pasando activistas, familias con sus hijos, madres solteras, parejas tanto homosexuales como lesbianas, como heterosexuales, familiares, amigos quienes decidieron compartir un mensaje, poniendo el punto final a otro página que se escribe en las reivindicaciones de los derechos humanos en nuestra ciudad.
Otro gran pasó para el activismo en materia de diversidad sexual en nuestro Estado, que demostró que puede sumar y multiplicar esfuerzos y organizarse cuando se lo propone.

¿Qué es lo que nos espera después de la Marcha?

Por otro lado, quienes disienten de esta nueva normativa, expresan un claro rechazo ante la posibilidad de que una nueva forma familiar se introduzca en la estructura social establecida. Por otra parte, algunos asignan a esta estructura una especie de titularidad religiosa cuando asocian la unión de la pareja a la idea católica de matrimonio: heterosexual, indisoluble, reconocido como sacramento y cuya finalidad es la de la procreación. De este modo se superponen lo civil y lo eclesiástico a la vez que se repudia, no solo la legitimidad de la unión homosexual, sino cualquier otra forma de realidad familiar.

Otro de los argumentos que se esgrimen, hace referencia a la naturaleza, a lo que se considera una condición natural y lo que es antinatural. El componente patológico no se descarta y algunas prédicas nos hablan de enfermedad física o deterioro psicológico cuando se refieren a la condición homosexual.

Las razones sociales tienen también presencia, así, cuando el desacuerdo se refiere a la adopción, se alude a la posibilidad de un rechazo social hacia los hijos de parejas homosexuales que puede provocarles irremediables traumas de infancia. Cualquiera de estas posturas se acompaña siempre de un: “no nos negamos a que se reconozcan los derechos…” y es que nadie desea ser tachado de conservador, reaccionario o intolerante.

Desde otra perspectiva, y refiriéndonos en primer lugar a la estructura social consolidada, se debe señalar que las costumbres no son inamovibles, ya que las sociedades están sometidas a continuos procesos de cambio y éstos no se pueden eludir.

Por lo que respecta al matrimonio, recordemos que esta institución es anterior, al recogerse ya en el Derecho Romano, a su sacramentalidad eclesiástica, no siendo esta fórmula familiar el único patrón válido para organizar la sociedad; ni siquiera el modelo de familia contemporánea occidental es ahora universal. Una revisión de la historia, nos alejaría bastante de lo que los norteamericanos denominan el síndrome del arca de Noé , el mundo constituido por parejas macho-hembra de cada especie animal, situándonos ante una diversidad de realidades en el espacio y en el tiempo. Podríamos así aludir a la poligamia, en sus dos modalidades: poliginia (una mujer y varios hombres), y poliandria (un hombre y varias mujeres), o a los matrimonios femeninos y masculinos legal y socialmente reconocidos.

Bien saben lo que dicen los que se refieren a lo natural, lo normal, lo común, como único y válido patrón para medir las conductas sociales, ya que estas estrategias tienen un gran poder para marcar criterios éticos. Esta perspectiva, permite además ejercer el dominio y la manipulación y regular la aceptación o exclusión en los ámbitos: políticos, económicos, religiosos o sociales, haciendo que las diferencias lleguen a consolidarse como si se tratase de una ley natural, como algo que pudiera formar parte de la naturaleza de la persona, cuando en realidad se trata tan solo de una construcción cultural.

En relación a las patologías, resulta un tanto incomprensible que todavía hoy, y desde espacios científicos (llamémosles así, entre comillas), puedan utilizarse estos argumentos cuando, tanto la OMS como el DSM de la psiquiatría hace ya tiempo que han excluido la homosexualidad de su consideración de trastorno físico o mental.

Ante la argumentación contraria a la adopción, por el posible rechazo social, diremos que sólo pueden mostrar ese rechazo quienes hayan sido educados en la discriminación. ¿Van a ser los que se muestran contrarios a la regulación del matrimonio homosexual quienes inculquen a sus hijos ese repulsa a los niños criados en familias diferentes?, si no es así, y dado que la propia Constitución nos habla del derecho a la igualdad, algo que es refrendado continuamente desde todas las esferas de la sociedad, ¿dónde entonces el rechazo? Si se insiste tanto en este aspecto, ¿Por qué no preocuparse igualmente en proponer otros requisitos para la educación de los niños en el seno familiar? ¿Por qué no dirigirse a resolver los problemas ya existentes como los malos tratos o el abandono psicológico por falta de atención o por delegación de las tareas educativas de los padres en medios informales de educación?

Tal vez todo el arranque emocional que ha suscitado en algunos esta cuestión, tendría mayor provecho si pudiera estar presente cuando se trate de evitar un conflicto armado o de ayudar a solucionar las hambrunas que destrozan y segregan a miles de familias de todo el mundo.

Hoy en nuestro entorno, surgen, nos guste o no, nuevas formas de existencia y convivencia, nuevas formas de ser familias y oponerse a ellas o mirar hacia otro lado no es la forma de darles solución. La sociedad del futuro, pasa por entenderse como una sociedad abierta en la que todas las personas puedan tener, cada cual desde su particular forma de entender el mundo y desde el respeto a las otras opciones, la posibilidad de construir su propia realidad sin restricciones castrantes, para acceder así a esa pequeña ración de felicidad que es a fin de cuentas lo que da sentido a nuestra propia existencia y a nuestro paso por este mundo.

El mundo ha cambiado, pero la ideología heterosexista dominante no lo ha hecho; las personas que decidan vivir en dignidad, igualdad y respeto tendrán que vencer el ámbito de lo privado, salir del anonimato, de la clandestinidad que los sigue limitando a estar recluidos en los armarios, en las alcobas, en los bares y en algunos medios de comunicación que promueven los estereotipos y re fortalecen los estigmas. Hoy más que nunca, este movimiento no debe detenerse, y menos aun cuando la máxima autoridad en el país, está de lado de quienes siguen apostando por la verdad, de la justicia, la igualdad y el reconocimiento de sus personas.

Estamos asistiendo ante un futuro abierto, y la dirección que tomará este proceso emancipador todavía no se vislumbra ni está claramente definido, dependerá en todo caso, de lo que hagamos o dejemos de hacer en adelante.

Ya lo dijo Gandhi: “Recordad que a lo largo de la historia, siempre ha habido tiranos y asesinos, y por un tiempo, han parecido invencibles. Pero siempre han acabado cayendo. Siempre”.

Los abrazo, y adelante!

#LibertadParaVivir
#DiversidadParaConvivir
* Texto publicado en el Face de Hugo Ismael Rodríguez y replicado en este espacio con la venia del autor.

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