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Familias homoparentales, ¿cómo son?

¿Tienen mayores o menores capacidades para el cuidado y aptitudes para el desarrollo de los pequeños? ¿Qué diferencias y similitudes hay entre las parejas (o personas solas) heterosexuales?

Por Alberto Tarriño *

Antes de hacer un análisis de cómo son las familias homoparentales, es necesario centrarse en lo más importante: los niños y niñas que viven en ellas.

Es por ello crucial que evaluemos cuáles son las necesidades de los niños y las niñas para su correcto desarrollo (que se les presupone por defecto a las familias heterosexuales), ya que de esta forma podremos evaluar si estas necesidades o atributos se encuentran también en las familias homoparentales.

Las niñas y los niños necesitan vivir una infancia sana y feliz. La niñez es una de las etapas más importantes en la vida de las personas. Durante esta etapa se producirán muchos aprendizajes y adquisiciones que se serán las bases de su desarrollo futuro. El lugar donde los niños y niñas adquieren las bases, los conocimientos y herramientas de su desarrollo, es el microcontexto familiar, donde los vínculos con sus referentes les proporcionarán los nutrientes para su desarrollo personal, social, afectivo, cognitivo, motor, y emocional.

Una pregunta que se hacen los padres y las madres, independientemente del tipo de familia que analicemos es: ¿Qué necesita mi hijo para crecer sano y feliz?

No parecen existir diferencias sustanciales de quienes viven con progenitores homosexuales y heterosexuales.

Pues aunque parezca una contradicción, no necesitan grandes cosas para crecer sanos y felices, por hacer una simplificación de sus necesidades sólo necesitan dos cosas, comida y amor, o mejor dicho, comida con amor, porque el niño necesita percibir que es querido, porque sino su sistema de protección le pondrá en alerta, ya que “si no me quieren puede que mañana no me den de comer” (esto no lo piensa el niño así, claro está, pero no pensarlo no significa que no tengamos instintos que nos protejan o pongan en alerta ante este tipo de situaciones), porque nuestro organismo responde de forma instintiva a situaciones donde se intuye un peligro por falta de alguna de nuestras necesidades básicas.

Está claro que los niños y niñas necesitan de más cosas para su correcto desarrollo, como tener un lugar y un ambiente adecuado donde desarrollarse, que les permita disponer de un espacio donde poder aprender y llegar a ser ellos mismos.

Es deber de los padres y madres ofrecerles un contexto donde su desarrollo sea óptimo y crezcan en un entorno feliz y lleno de posibilidades. Por lo tanto es necesario encontrar en las casas de todas las familias, ya sean homoparentes o no, de estos elementos, que como comentamos son imprescindibles para que estos niños y niñas crezcan sanos, felices y socialmente integrados.

  • Los niños y niñas necesitan saber que son queridos, tal y como acabamos de comentar.
  • Deben sentirse protegidos, la seguridad es necesaria para que sus instintos de defensa no estén constantemente activados, esto les permitirá desarrollar una correcta autoestima.
  • Adaptarnos a los tiempos de los niños, no todos son y se desarrollan igual, por lo que hay que respetar los tiempos y las características individuales.
  • Necesitan límites, es decir tener autoridad desde el cariño es imprescindible, deben tener unas pautas para saber cuando hacen lo correcto, por lo que necesitan control.
  • Un entorno positivo, alegre, ya que esto les permitirá enfrentarse a la vida de forma constructiva y no pesimista.
  • Necesitan sentirse escuchados, que les miren a los ojos cuando se les habla, aunque sean tan pequeños que no entiendan lo que se les dice, porque hay un vínculo emocional donde ese lenguaje sí se entiende.
  • Armonía, tanto en la toma de decisiones como en las normas, es decir hay que ser constantes y no cambiar de opinión o de emoción cada dos por tres, los pequeños necesitan coherencia en las normas y constancia en las mismas.
  • Fomentar la creatividad y la imaginación, para ellos los juegos son fundamentales en su vida.
  • Y por último y no por ellos menos importante, se les debe proporcionar a los niños y niñas una serie de valores, personales, sociales, culturales, que les permitan guiar su conducta y su forma de vincularse y relacionarse con el mundo y con sus iguales.

Estas necesidades las tienen que aportar, fomentar o expresar los padres y madres hacia sus hijos, pero parece que queda claro que ninguna de ellas tenga como requisito o necesidad que los progenitores deban tener un género específico, o que sean competencia exclusiva de las familias heterosexuales, por lo que hasta ahora todo hace indicar que una pareja del mismo sexo podría realizar la labor de educar de la misma forma que una donde sus componentes tengan sexo diferente.

¿Cómo son las familias homoparentales?

Se han realizado hasta la fecha diferentes tipos de estudios que analizan cómo son las familias homoparentales, tanto en España como fuera de nuestras fronteras, y como cualquier otro tipo de grupo, individuo o sistema social, estas familias han ido evolucionando con el tiempo y cambiando a medida que cambiaban las normas sociales o las leyes que regulan dichas sociedades.

Pero se desprende de dichos estudios realizados en distintos países que hay un desarrollo sano y armónico de los niños y niñas que crecen en familias donde los padres y madres son gais y lesbianas. Por lo tanto, no parecen existir diferencias sustanciales en el desarrollo psicológico o la aceptación social de quienes viven con progenitores homosexuales y heterosexuales.

Los resultados muestran que las familias homoparentales, por lo general, se sienten integradas, viven pocas experiencias de discriminación y satisfacen adecuadamente las necesidades de sus hijos e hijas.

España es uno de los países donde los cambios sociales se han visto también reflejados en las familias homoparentales, ya que ha sido unos de los primeros estados de todo el mundo donde se aprobó el matrimonio igualitario y, por lo tanto, se permitió a estos padres y madres legalizar su situación y favorecer que se desarrollaran en estos hogares niños y niñas nacidos dentro de su seno.

Las familias homoparentales satisfacen adecuadamente las necesidades de sus hijos e hijas.

Pero no todo es positivo e igualdad dentro de las familias donde los padres son o dos mamás o dos papás, veremos que al mismo tiempo que se dan similitudes, también estas familias se encuentran con situaciones que invitan a continuar trabajando contra la discriminación que sufre el colectivo de gais y lesbianas y sus familias.

Como punto a favor de este modelo de familia, y que les permite enfrentarse a las adversidades con mayor tranquilidad y responsabilidad, es que en los casos donde esta maternidad o paternidad se ha materializado, es porque ha habido un gran periodo tiempo de reflexión, es decir ha habido que preparar con mayor tiempo y racionalmente el momento de la maternidad o paternidad. Este periodo de reflexión, permite adelantar situaciones negativas y poder anticipar tanto la respuesta emocional deseable para ese momento, como de las herramientas o soluciones para los potenciales problemas. Con esto no pretendo decir que el resto de familias no reflexiones sobre su paternidad, pero las familias homoparentales nunca podrán serlo por un descuido, por ejemplo.

De dichos estudios se desprende también que en estos momentos en España, en las familias homoparentales hay una mayor proporción de parejas de mujeres que de hombres, este dato no es exclusivo sólo de nuestro país ya que la proporción refleja el mismo tipo de distribución habitual para las familias homoparentales, y está presente en todos los estudios realizados alrededor del mundo.

Los motivos de esta diferencia, donde el número de parejas de mujeres es mayor que el de hombres creando familias con hijos, se deben tanto al acceso a técnicas de reproducción asistida (en España la inseminación artificial y la fecundación in vitro están permitidas para parejas de mujeres, mientras que la gestación subrogada sólo es accesible a las parejas de hombres si se realiza en otro país y cuenta con numerosas trabas) como a factores culturales (aquellas mujeres lesbianas que se divorcian de un matrimonio heterosexual suelen conservar la custodia de sus hijos) y de género.

¿Los niños de familias homoparentales se relacionan de forma diferente con otros niños y niñas?

Lo que se desprende de la realidad que viven estos niños y niñas es que no se percibe que su modelo de familia esté influyendo en la relación de sus hijos con otros niños, ni de forma negativa ni de forma positiva. Esto demuestra que mientras que los niños y niñas viven en un ambiente donde son felices no ven las diferencias con sus iguales. Pero sus iguales tampoco las ven, porque el niño se vincula con los otros desde la emoción y no desde la razón. Si el otro te gusta es suficiente, da igual como sean sus papás o mamás, el color de tu piel o el país donde hayas nacido tú o tu familia.

A medida que crecen, los hijos de familias homoparentales interiorizan una mayor educación para la tolerancia.

¿Por qué cambian las cosas a medida que el tiempo pasa? Pues podemos pensar que pueden estar interfiriendo dos cosas, la primera es que los niños y niñas más mayores, han nacido en épocas en las que la aceptación de la diversidad sexual era menor, y por lo tanto han sufrido mayor discriminación. Y a su vez durante la adolescencia tener un modelo familiar minoritario y diferente, es percibido por algunas de estas familias y por los otros niños y niñas como una posible fuente de dificultades para sus hijos e hijas. Pero no todo es tan fácil y sencillo, cuando los niños son niños, se vinculan desde la emoción y los sentimientos, por lo que las diferencias no parecen tan importantes, pero a medida que la edad de los niños y las niñas aumenta, se observan grandes diferencias en cómo se viven estos el tener dos madres o dos padres. Porque las familias con hijos adolescentes señalan que sus hijos han tenido en algún momento algún tipo de dificultad. La preocupación es radicalmente menor en la edad escolar y es prácticamente inexistente en la etapa preescolar.

El contacto con otros niños que viven en familias similares ayuda a los niños a sentirse incluidos y mejora su integración social. Por suerte, un alto porcentaje de niños y niñas tiene algún tipo de contacto con otros hijos de familias homoparentales, por lo que es importante incentivar este tipo de encuentros para fomentar la igualdad de estos adolescentes con sus pares y disminuir la posible exclusión por ser o sentirse diferentes.

Pero a su vez, crecer y desarrollarse conlleva conflictos, porque tienes que romper son tu microcontexto en el que has crecido para poder abrirte a nuevas experiencias y contextos que te permitirán desarrollarte como persona adulta. Y no todo es negativo, también nos encontramos con aspectos positivos por el hecho de haber crecido en una familia homoparental.

Con el transcurso del tiempo, lo que sí se está observando dentro de este grupo de niños y niñas, es que a medida que crecen han interiorizado una mayor educación para la tolerancia, ya que sus madres y padres han hecho hincapié en fomentar este valor educativo, como uno de los más importantes, que es “el respeto a los demás y ser tolerantes”.

También se ha podido ver que los padres y madres han podido transmitir un aprendizaje de roles de género igualitarios, ya que en el contexto en el que viven y se desarrollan estos niños y niñas, los roles de género son más iguales ya que las relaciones de pareja son más igualitarias, y donde se ve un reparto más equitativo tanto de la toma de decisiones, de las tareas domésticas como de la crianza de los menores.

A su vez se ha visto con el paso de los años y que ha sido estudiado en estas familias es que ha recibido una educación para vivir la sexualidad libremente. Esto, por suerte, ya no es algo exclusivo de las parejas homoparentales y también se está observando en el resto de parejas, los nuevos padres y madres cada vez más educan a sus hijos para vivir la sexualidad de modo libre.

¿Qué situaciones negativas sufren actualmente las familias homoparentales y los niños y niñas que en ellas viven?

Por desgracia sigue habiendo situaciones o momentos donde la sociedad, las empresas, las personas o incluso las administraciones, hacen de menos a este modelo de familia, pero lo peor de todo es que hacen de menos a los niños y niñas que viven en ellos.

Algunos centros escolares no reciben positivamente el modelo de familia homoparental.

Los testimonios de discriminación existen incluso dentro de las propias familias de las parejas homoparentales, lo que provoca mayor dolor y sufrimiento cuando esto se da. Pese a que estas familias perciben que su integración en la escuela es positiva, también expresan que algunos centros no reciben positivamente su modelo de familia.

Por ejemplo, los materiales y contenidos escolares no están adaptados a las nuevas realidades de familias, no solo de las familias donde viven dos mamás o papás con sus hijos e hijas, sino tampoco lo están para esas familias donde vive sólo unos de los padres, o los niños viven con otro familiar, o donde los padres están separados.

Pero la administración pública tampoco se lo pone fácil a estas familias de vez en cuando, ya que en ocasiones se han tenido que enfrentar a la traba administrativa o burocrática, incluso en las escuelas, en la mayoría de los casos se trata de formularios mal adaptados.

Uno de los argumentos que siempre está en boca de aquellos que están en contra del modelo de familia homoparental, es que no existe el referente de otro sexo dentro de estas familias. Pero a no ser que los niños vivan en burbujas de género, cualquier niño o niña a lo largo de su día tiene referentes adultos masculinos y femeninos. Dentro de la propia familia (abuelos, abuelas, tíos, tías…) profesores y profesoras, amigos y amigas de los padres y madres, lo que suple el referente del otro sexo. Como argumento en contra está que no hay un referente de “padre o madre”, desde un punto de vista psicológico la importancia no está en el género, sino que haya un referente del “otro”, es decir poder contar con otra persona referencial básica, porque teniendo dos (o más) podremos aprender y desarrollar las diferencias primero que existen entre nosotros y los demás y luego entre unos y otros.

Los que están en contra del modelo familiar homoparental argumentan principalmente dos situaciones negativas para el niño o la niña. Por un lado que los padres o madres sirvan de modelo para los hijos e hijas en su conducta sexual, convirtiendo a estos en gais o lesbianas y por otro lado la discriminación que van a sufrir los niños y las niñas por vivir en este tipo de familia.

Está claro que el aprendizaje por modelado es una gran herramienta de enseñanza, pero no sirve para todos los casos, si fuera así de sencillo, todo lo aprenderíamos según este método, pero no es necesario explicar que no todo se puede aprender viendo a alguien hacer algo, porque hay otras variables que también influyen en la adquisición de conductas, pero no olvidemos tampoco que ser gay o lesbiana no es sólo un comportamiento, una conducta controlada desde la razón, el deseo, la excitación, forman parte de nuestra esencia como personas, y esto no se aprende por modelado.

Si hay discriminación debemos cambiar la sociedad, procurando entornos seguros, felices y responsables para nuestros hijos e hijas.

Quizá los que declaran que se puede dar un aprendizaje por modelado y que lo hijos e hijas de las familias homoparentales se conviertan en gais y lesbianas, tengan el temor de que lo que adquiera el niño o la niña sea un aprendizaje de lo que es “normal”, y que cada día haya más niños y niñas que vean “normal” encontrarse con dos papás o dos mamás yendo por la calle con su hijos e hijas.

Respecto a la discriminación, pasará tiempo antes de que la dejen de sufrir los padres y madres de familias homoparentales, y lo más importante de esto, que dicha discriminación dejen de sufrirla sus hijos e hijas.

Ser padre o madre no sólo una cuestión de deseos, es algo que va ligado a la esencia del ser humano, estamos programados para perpetuarnos, es algo que va más allá de lo racional, por lo que no es algo egoísta querer ser padre o madre, es algo natural.

Si hay discriminación debemos cambiar la sociedad, procurando entornos seguros, felices y responsables para nuestros hijos e hijas. Pero esto no es sólo responsabilidad de las familias homoparentales, la protección del menor es competencia de todos, por lo que antes de poner en el otro la responsabilidad, hagamos un ejercicio individual de ver si estamos contribuyendo a crear una sociedad abierta, respetuosa, donde se acepte la diversidad y donde no fomentemos nosotros la discriminación, si estamos seguros de que hacemos esto, nuestros hijos e hijas recibirán esos valores, lo que hará que los niños y niñas nacidos y criados en familias homoparentales no se vean discriminadas.

Como conclusión final, después de años de experiencias con familias donde hay dos madres o dos padres, se puede afirmar que, si los niños y niñas que viven en dichas familias reciben, amor, protección, salud, límites y autoridad desde el cariño, es decir un entorno donde se sientan amados y protegidos, estos niños crecerán y se desarrollan de forma sana y saludable. Sin diferencias con otros modelos o tipos de familias. De encontrarse alguna diferencia, busquemos la razón en la sociedad que quizá haya podido señalarles con el dedo, pero no a esos padres o a esas madres que seguro sólo han pretendido y buscado los mejor para ellos. Pero como todo y como siempre, habrá también malos ejemplos de familias homoparentales, porque si no, no serían reales.

* Alberto Tarriño es psicólogo y director del Centro de Psicoterapia Gay. El texto se replica en este espacio con la venia de los editores de http://www.cascaraamarga.es donde se publicó originalmente.

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