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Analizan prejuicios sobre sexualidad de adultos mayores

*El neoliberalismo sostiene una estética corporal enfermiza: experto

México DF, junio 20 de 2014 (Mario Alberto Reyes).- El modelo económico neoliberal ha determinado una estética corporal enfermiza tendiente a la delgadez mortal o a la vigorexia, así como una visión de juventud eterna con todo lo que quirúrgica y comercialmente implica, explicó el investigador Ernesto Guijosa al participar en la mesa “Sin límite de tiempo”, realizada en el Museo Universitario de El Chopo.

Como parte de las actividades del Festival Internacional de la Diversidad Sexual, la mesa de debate tuvo como objetivo analizar las barreras de discriminación y los prejuicios existentes en torno a la sexualidad de las personas adultas mayores del colectivo de la diversidad sexual.

Ahí, el catedrático de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), explicó que las sexualidades en América Latina, a partir de sociedades que fueron colonizadas, están determinadas por supuestos heterosexistas, machistas y culpígenos de origen occidental que desembocaron en una dualidad “bueno-malo” que permeó, a su vez, los regímenes políticos, económicos, sociales y culturales de la región.

No obstante los avances registrados, añadió, el imperialismo económico ha colocado en el imaginario social retos que necesitan visibilidad. “La forma de actuar entre nosotros no ha escapado a esta colonialidad cultural, específicamente ‘bufar’ o ‘perrear’ es exacerbar las cualidades que percibimos como negativas de los otros, los diferentes, por lo tanto la violencia y la división entre nosotros se disfraza de comicidad y diversión”.

Guijosa Hernández señaló que además de factores como la edad, al interior del colectivo homosexual se ejercen prácticas discriminatorias basadas en el rol sexual, en el que el activo, quien penetra, tendrá un rango de poder sobre el pasivo, quien es penetrado, o en la apariencia, pues entre más femenina sea, más discriminación habrá.

“Otra de nuestras desfavorables reproducciones machistas tiene que ver con la forma de nombrarnos entre nosotros: loca, pasiva, obvia, pájara, musculoca, metrera, chichifa, jota, tapada y closetera, palabras que tienden a la estratificación y división en lo que debiera ser la configuración respetuosa de una comunidad”.

En ese sentido, explicó que “Corazones de oro”, exposición fotográfica de la que es autor y cuyo tema son los adultos mayores no heterosexuales, busca sensibilizar a los jóvenes sobre la temporalidad del cuerpo y la juventud.

Por su parte, Alejandro Reza, ex activista gay, comentó que las frases “viejistas” no permiten entender la sexualidad del adulto mayor, la cual ya no es genital, pues lo que se busca es una compañía cómplice y solidaria.

Reza, quien fuera uno de los impulsores de la Ley de Sociedades de Convivencia en el Distrito Federal, mencionó que es necesario entender a la vejez no sólo como un proceso biológico sino como un hecho cultural, pues no es lo mismo ser adulto mayor en la Ciudad de México que en las comunidades campesinas del país.

“Llegar a viejo es un triunfo, se trata de una inteligencia biológica que ha sobrevivido. La vejez es una etapa en la vida del ser humano, es un proceso biológico irreversible. Si no se llega a viejo la otra alternativa es la muerte, entonces es maravilloso llegar a esta parte del desarrollo humano”.

Respecto a la “supervaloración” social otorgada a la juventud, el ex activista dijo que esta es palpable cuando los adultos mayores entran a algún bar y ya no son sexualmente apetecibles, pues el mensaje de deseo ya no es respondido de la misma manera.

En torno al actual desempeño de los jóvenes en el ámbito de la lucha por el reconocimiento de derechos, y que en la mayoría de las veces genera conflictos al interior del colectivo de la diversidad sexual, Reza dijo ignorar si aún tienen ideales, ya que a diferencia de su generación, en la que “alcanzar y creer en la revolución para así dar lugar al hombre nuevo”, era un sueño, los jóvenes de hoy “tal vez son mucho más realistas”.

En la mesa de debate también participó Samantha Flores, de 82 años de edad, quien narró a los asistentes algunas de las vivencias que ha tenido como mujer transexual desde 1957, año en el que adoptó su identidad sexogenérica.

El evento, moderado por el periodista Antonio Medina, concluyó con un llamado a sumarse a la protesta que académicos de todo el país realizarán el próximo martes en el Senado de la República en punto de las 11:00 horas para rechazar la Comisión de la Familia y Desarrollo Humano, encabezada por José María Martínez, del Partido Acción Nacional, la cual consideran vulnera los derechos de las familias conformadas por personas no heterosexuales.

Twitter: @mariobetorey

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