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EL ORGULLO DE SER LGBTI+

Galería Diversa

Por Antonio medina Trejo

En México, y la gran mayoría de países del mundo democrático, se celebra el Orgullo de ser gay, lesbiana, bisexual o trans (LGBT) el último sábado de junio. Aunque el mes completo es una época en la que las banderas multicolor ondean en los balcones, en astas o en las fachadas de algunas instituciones públicas para recordar que las personas de la diversidad sexual deben tener todos los derechos.

En el plano individual, me atrevo a asegurar que quienes portan esa alegre tela multicolor, más allá de ser disidentes sexuales, expresan estar orgullosos de pertenecer a esta comunidad y reconocen con ese colorido símbolo la herencia cultural de activistas que han fincado en las últimas cuatro décadas la lucha por los derechos y la reivindicación de este sector, ¿Y porqué deberían de estar orgulloso de algo que tiene que ver con la intimidad, en este caso, con la orientación sexual o identidad de género? ¿ Porqué salir a las calles a manifestar la diferencia y además decir que se está orgulloso de ella? ¿Porqué exhibir el cuerpo, sus formas y languideces a plena luz del día y con el puño erguido mostrando la bandera gay?

Hay quien dice que la orientación sexual es un tema individual o personal que debe reservarse para la vida privada. Quienes opinan esto, de hecho, a veces agregan que respetan a las personas homosexuales y no las discriminan, pero que no desean verlas con ropas exuberantes ni cerrando calles para hacer un carnaval que exhibe el “libertinaje” de este sector. (sic)

En fin, esas opiniones existen, están ahí y son parte del imaginario social que comparten algunos sectores de la sociedad, por lo que no podemos hacer caso omiso a esa percepción, independientemente de que estemos en contra de esa visión, la cual responde a construcciones culturales sobre el deber ser de la sexualidad heteronormada.

Por ello, es preciso recordar el Orgullo LGBTTTI que se conmemora a finales de junio, e insistir que más allá de las plumas, los tacones, los cuerpos musculosos y el carnaval que significa la Marcha del Orgullo (que por demás está decir, es muy divertido), tiene un sentido político porque deviene de algo personal (la orientación o identidad de género) de una minoría social, y que al ser violentada con estigmas sociales, afecta los derechos de las personas, lo que repercute en sus relaciones sociales que se dan en los espacios privados y públicos o ante las instituciones del Estado.

Frente a la violencia que se ejerce en contra de quienes no son heterosexuales -más o menos el 10 por ciento de la población-, es necesario hacer visible esa diferencia y reivindicarla con acciones lúdicas, políticas y sociales en los diversos escenarios de la vida cotidiana, para crear conciencia de que ser diferente, en este caso, por preferencias o identidad de género, no bebe ser motivo de exclusión ni discriminación, y que al igual que el resto de las personas, quienes son disidentes sexuales deben tener las mismas oportunidades para desarrollarse.

Es por eso que este mes de junio, el Orgullo LGBTTTI está en todas partes recordando que aún en nuestro país las personas de la diversidad sexual no tienen todos los derechos en todo el territorio nacional, pues sí han habido avances en temas como el matrimonio igualitario, la identidad de género y otros logros legislativos o de políticas públicas, pero éstos no han sido parejos; hay entidades donde las leyes locales aún no se armonizan con el 1º Constitucional de la no discriminación; o en donde se sigue criminalizando el travestismo o las muestras de afecto en espacios públicos entre personas del mismo sexo.

Es más, a pesar de que en la actualidad existe una apertura relativamente buena en medios de comunicación sobre la diversidad sexual, en las casas jóvenes milenials siguen pensándole dos ves salir del clóset por la homofobia familiar, en la calle, en la escuela, en el centro deportivo o en los espacios públicos.

Con la falta de empleos y la pérdida de los mismos que está generando la pandemia del Covid19, salir del clóset en el trabajo es una decisión osada, pues ya hay reportes de personas que al escasearse las plazas laborales, han optado por matizar su apertura en el entorno laboral por temor a ser despedidos. Algo similar sucede con el activismo LGBTTTI, que en el contexto de estigmatización de la Sociedad Civil, han optado por ser prudentes en su función como críticos del sistema, o de plano se han aliado al nuevo gobierno para no verse afectados en sus intereses personales.

Lo que subyace a esas estrategias de sobrevivencia es la homofobia cultural que sigue excluyendo a hombres y mujeres de la diversidad sexual en nuestro país. Ante esta realidad y en un contexto de hacinamiento para evitar más contagios de coronavirus, el movimiento de la diversidad sexual está conmemorando 42 años de lucha social desde el encierro voluntario y responsable.

Éste año las redes sociales serán las calles y avenidas para exigir igualdad de derechos y no discriminación por motivos de orientación sexual e identidades de género.

El 2020 será un año sui generis para celebrar el Orgullo diverso. Será desde el hogar, frente a la computadora, en chats de zoom, en Foros de Facebook live y en transmisiones dinámicas, lúdicas y distantes.

Las consignas y protestas circularán en flayers, banners e imágenes multicolor que visibilicen el Orgullo de ser gay, lesbiana, bisexual o persona trans. La historia del movimiento LGBTTTI se sigue escribiendo, está vivo, denunciante y pujante.

Sin duda, éste 27 de junio la celebración del Día del Orgullo LGBTTTI hará historia en México y el mundo: será un Orgullo el Día del Orgullo 2020.

@antoniomedina41

Texto publicado originalmente en Big Ban México el 10 de junio de 2020.

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