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DEUDA DE AMLO CON LGBTTTI

Por Antonio Medina Trejo

El pasado domingo 17 de mayo se conmemoró en México el Día Internacional de lucha en contra de la Homofobia, Bifobia, Lesbofobia y Transfobia (LGBTfobia). Por más que el gobierno federal se esmeró en maquillar la realidad con foros virtuales y allegándose de legitimidad con activistas orgánicos de la 4T, los hechos hablan por sí mismos: No se han materializado nuevas políticas públicas incluyentes hacia este sector en lo que va del sexenio; se agudizó la violencia criminal por diversifobia y morena tiene detenidas propuestas de ley de matrimonio igualitario e identidad de género en varios congresos, además de que el Partido Encuentro Social (PES) y morena están por aprobar el Pin Parental en Querétaro y Nuevo León.

Días antes de la efeméride que recuerda la despatologización de la homosexualidad por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1990, el 12 de mayo, el Congreso de Veracruz dio un espaldarazo a la propuesta de matrimonio civil igualitario con la contrapropuesta de una diputada de morena que privilegia la visión antiderechos al proponer que el matrimonio debe ser solamente entre un hombre y una mujer.

En tanto, la Organización Civil, Letra S, que realiza desde hace 22 años el Informe de Crímenes de Odio por Homofobia (ICOH), demostró con hechos que en el primer año del gobierno del presidente López Obrador la violencia criminal en contra de personas LGBTTTI se incrementó más del 40 por ciento. Es decir, en los últimos cinco años de la administración de Enrique Peña Nieto fueron asesinados en promedio 79 personas de la diversidad sexual por año, mientras que en los primeros 12 meses del actual gobierno esa cifra se elevó a 117 crímenes perpetrados en contra de lesbianas, gays, bisexuales y personas trans, 9 de ellas, por cierto, activistas sociales.

Las decisiones que el presidente López Obrador ha tomado en temas políticos y legislativos no incluyen darle continuidad a la progresividad de derechos y de políticas públicas en favor de personas LGBTTTI. ¿Ha mencionado a la diversidad sexual?, sí; de hecho, el año pasado se tomó fotos (forzosamente) con una mujer trans que posó a su lado con la bandera multicolor, pero de eso a que su gobierno o el poder legislativo que depende mayoritariamente de su partido, hagan algo, no ha sucedido como se esperaba.

El gobierno de López Obrador ha sido más receptivo a la agenda antiderechos del PES, con políticas de educación conservadoras como el Pin Parental, que a las exigencias del activismo de la diversidad sexual que ha construido en Ciudad de México y otros estados del país propuestas que ya se llevaban a cabo en gobiernos perredistas, particularmente, y que se esperaba que al entrar morena a gobernar se les diera seguimiento y se mejoraran, pero no ha sucedido así; se han cancelado direcciones de diversidad sexual en municipios, o simplemente han quedado acéfalos los espacios.

Ante este déficit que tiene el gobierno de la supuesta 4ª transformación con la diversidad sexual, existe enojo e indignación, y un dejo de decepción por quienes le apostaron al cambio de régimen que supondría el arribo de la “izquierda” que representaba AMLO, quien una vez que llegó al poder, suspendió proyectos de apoyo a las organizaciones civiles y las estigmatizó como conservadoras.

Sí incluyó a un puñado de ex activistas en espacios de gobierno o en las filas de la militancia morenistas, pero les tiene callados; no inciden en nada y sólo figuran en redes sociales reciclando los logros y aportes del activismo de antaño, que junto con el Sol Azteca heredaron políticas públicas y leyes que permitieron una apertura cultural.

En esa fatua realidad creada este 17 de mayo por el gobierno y morena, fue decepcionante ver a un grupo de activistas de ONG`s S.A de C.V avalar los dichos de funcionarias y funcionarios públicos que saludaron con sombrero ajeno y presumieron logros de gobiernos anteriores como propios, sin tener la capacidad crítica para reclamarles la falta de compromiso del gobierno actual con su población.

Hoy los retos del movimiento de la diversidad sexual son monumentales en el contexto de la emergencia sanitaria por el Covid19, la precariedad económica que se está desatando, y la salida del Ejército a las calles; tres factores que pondrán en alta vulnerabilidad a la sociedad y particularmente a los grupos sociales susceptibles de discriminación, exclusión y violencia, como el de la disidencia sexual.

En este oscuro contexto se requerirá de un activismo propositivo, inteligente y contestatario; no sumiso, que dialogue con independencia, pero que también exija y no ceda a las tentaciones del poder corruptor y clientelar del presidente López Obrador y su movimiento partidista.

@antoniomedina41

* Texto publicado en Big Bang México el 19 de mayo, 2020.

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